Días transcurridos: 62
Kilómetros recorridos: 8.826
Fue lindo conocerte. Fue lindo, aun en el anonimato que eres y probablemente seguirás siendo, saber que por ahí hay alguien como tú. Tan solo una noche hablé contigo, pero qué buena noche. Supongo que así son las cosas acá; solo cortos episodios, acaso unos cuantos días, para saber quién eres, de dónde vienes, a dónde vas....¿y no es eso, a fin de cuentas, lo que importa?, ¿no es el sabor de ese conocer lo que impulsa los recuerdos y precipita nuestros propios andares?
Probablemente jamás volveré a saber de ti y estos contactos virtuales serán, en efecto, tan virtuales que su ser será dudoso. Probablemente el recuerdo que me llevo de ti se irá difuminando con cada nuevo suelo que pise y cada calle y cada plaza y cada rostro desconocido que buscará un espacio en mi mente y hará del tuyo, del que ganaste esa noche, uno más y más pequeño. Imaginaré entonces lo que fuiste y lo que yo soñé que fuiste, hasta que tu nombre mismo se confunda con el rumor de otros nombres, otros suelos, otras calles y otros inventos. Desaparecerás así, como tantos otros lo han hecho, y ya tus caminos, tus historias y tus parques serán una masa amorfa en el cúmulo incontable de fotografías impresas en algún lugar de mi memoria.
Si me preguntas, no temo olvidarte porque sé que hacerlo es inevitable. Temo, tal vez, olvidar la ficción que he creado sobre ti y quizá por eso mismo te escribo y te he venido escribiendo por tantos días; como si las palabras no fueran igual de opacas que los recuerdos; como si intentar capturar algo de lo vivido no fuera tan vidrioso e ingenuo como querer atrapar los ecos de una canción ya escuchada, de un paisaje ya visto, de unas manos ya tocadas. ¿Y a dónde voy yo con todo esto? A ningún lugar más allá de este papel que ya conoces, que ya alguna vez leíste y en el que hoy vuelves a leerte como reflejado en un espejo infinito. Aquí estás, de la manera más inútil y efímera en que puedes estarlo. Estás sin estar, sin dejarme hablarte o tocarte o volver a ti como me gustaría hacerlo. Aquí te dejo entonces, en las palabras y rumores que no eres, para imaginarte o, mejor, para imaginar lo que alguna vez imaginé que fuiste.
No hay comentarios:
Publicar un comentario